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El reino zambo de Esmeraldas

arqueología españa historia julián santamaría la conquista Nov 07, 2020
Por: Julián Santamaría

 

Cuando zarpó de Nicaragua hacia Guayaquil en 1553, el capitán sevillano Alonso de Ilescas y su tripulación nunca imaginaron que su trayecto estaba cambiando la historia del Pacífico. Sin saberlo, cargaban consigo las semillas de lo que se conocería como: ‘El reino Zambo de Esmeraldas’.

Cuando el barco en el que Illescas y su tripulación surcaban el oceáno fue azotado por una fuerte tormenta, veintitrés de los esclavos que llevaban abordo aprovecharon la oportunidad para escapar y adentrarse en las selvas cercanas a la costa.  Es imposible saber con certeza qué sucedió durante los primeros días de la fuga de estos esclavos. Lo que sí se sabe es que rápidamente entraron en contacto con los indígenas de la región (los Niguas y los Campaces).

Los nuevos habitantes de la selva empezaron a acoplarse la organización política de los indígenas, así como a sus prácticas sociales, culturales y económicas. De ahí que empezaran a adaptar sus ritos, ceremonias, trajes, comidas y demás. Gradualmente, la comunidad negra empezó a tener gran influencia entre los indígenas. Al punto de que, no solo obtuvieron la aceptación social entre los nativos, sino que además empezaron a erigirse como líderes en la región.

El líder más reconocido de esta comunidad fue Alonso de Ilescas, nombre que adoptó de su amo. Este Ilescas nació en Cabo Verde y a los 8 años fue llevado como esclavo a Sevilla. Allí aprendió la religión, la cultura, las leyes y el idioma español, que hablaba con fluidez. La población vio esto como una habilidad de valor estratégico, ya que le daba la capacidad de entender el mundo hispánico que en cualquier momento podía hacer avances sobre  su territorio. Pero el poder de Ilescas solo se consolidó cuando tomó la mano de la hija del cacique de los Niguas y  logró  establecerse como el líder de la región.

Un retrato de Francis Drake

Lo zambos lograron un alto nivel de autonomía frente a la corona española. Algo que no era visto con buenos ojos desde Quito y Guayaquil. Especialmente porque se trataba de un territorio donde negros e indios cohabitaban en libertad. De tal manera, que por cuestiones de seguridad, los Zambos establecieron sus viviendas lugares remotos y aislados. Haciendo de las selvas del Pacífico las protectoras de su libertad.

Los españoles buscaron en diferentes ocasiones entablar un diálogo con los líderes de la región para que el reino Zambo pasara a ser parte de los terrenos bajo el control de la Corona Española. Sin embargo, las sospechas y desconfianza por parte de los Zambos hicieron que los diálogos tuvieran avances significativos.Pero con la incursión de Francis Drake a las costas peruanas, la situación cambió. Las autoridades de Quito, sabiendo que un sitio tan cerca de las colonias españolas y estratégico para el paso de navíos debía ser resguardado a toda costa de los avances ingleses, doblaron sus esfuerzos para negociar con el reino Zambo. Estos esfuerzos dieron resultado.

Una comitiva del reino Zambo fue enviada a Quito para firmar un indulto a los esclavos y a los indígenas con quienes se habían aliado. Y pocos años después, Ilescas en persona se presentó en esta ciudad donde firmó la Carta de Libertad. La carta establecía que pasaba a ser parte de la provincia de San Mateo. Pero formalizaba la existencia del Reino Zambo y otorgaba el estatus de ‘súbditos libres’ a sus habitantes.

El mejor ejemplo de cómo esta comunidad fue reconocida por los españoles es la pintura ‘Los Mulatos de Esmeraldas’ comisionada al pintor Andrés Sánchez Gallque por el oídor Juan del Barrio Sepúlveda. Esta pintura retrata la comisión enviada a Quito para acordar el indulto mencionado anteriormente. La obra fue enviada al Rey de España como testimonio del acuerdo y hoy en día se encuentra en el Museo de América en Madrid.

Con el pasar del tiempo y las convulsiones de la historia, el Reino Zambo de Esmeraldas se disolvió. Sin embargo, y a pesar de las dificultades que se han gestado durante años en este lugar, la cultura y tradiciones que los habitantes de la región han heredado esta viva y es única en el mundo.