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El Kojiki: origen del alma japonesa

historia japon kojiki Nov 07, 2020

Por: Julián Santamaría

El Kojiki (Crónica de los acontecimientos antiguos) es el primer libro escrito en lengua japonesa, así como el primer texto donde se recopila la historia japonesa desde la creación del cosmos hasta el mandato de la emperatriz Suiko (554-628 d.C.). Se trata del núcleo mítico que durante siglos ha forjado el imaginario de ascendencia divina de la familia real. Este imaginario ha sido tan trascendente en la cultura japonesa que es parte fundamental de la legitimidad del linaje imperial más largo de la historia que hoy en día, con el emperador Akihito, sigue en pie.

Con la muerte del emperador Tenchi en el 672 d.C., la línea de sucesión imperial se encontraba en disputa entre su hijo Otomo y su hermano Tenmu. Este vació de poder, que desató una gran variedad de disputas e intrigas, tardó tan solo un año en ser resuelto. Ya que para el 673 d.C, Tenmu asesinó a su sobrino y ascendió al trono que antes ocupaba su hermano. Buscando limpiar su nombre, garantizar la legitimidad y que los otros clanes no pusieran en duda este derecho de sucesión, Tenmu ordenó la realización una historia del Japón que le adjudicara ascendencia divina a su linaje: el Kojiki. De ahí que el emperador Tenmu fuera el primer gobernante del archipiélago en ostentar el título de Tennō (soberano del cielo), la designación que, hasta hoy en día, se utiliza para referirse al emperador japonés.

La tarea fue encomendada a Hieda no Are que empezó la síntesis de diversas fuentes orales, razón por la cual el texto está permeado de elementos propios del sintoísmo (religión animista y nativa de Japón) y de la tradición oral japonesa. Sin embargo, la obra no fue concluida por Hiea no Are, sino por Ono Yasumaro quien retomó el trabajo durante el reinado de la emperatriz Genmei (660-721 d.C). A pesar de que el Kojiki no incluye una narración formal del reinado de Tenmu, en el prólogo, Yasumaro se dedica a exaltar la figura del emperador que moriría años antes de la finalización de los textos.

El Kojiki está dividido en tres volúmenes. El primero es, fundamentalmente, un recuento de la cosmogonía mitológica del archipiélago japonés. Allí se relata el origen divino de la isla como creación de los dioses Izanagi e Izanami. El segundo grupo de textos hace referencia a los dioses que descienden del altiplano y empiezan a forjar su linaje en la tierra. Finalmente, el tercer compendio de textos narra los acontecimientos de aquellos gobernantes históricos, no mitológicos, que determinaron el rumbo de la historia japonesa.

El Kojiki se gestó en un periodo en el que los elementos de la cultura china (la escritura, el confucianismo y la organización social heredadas de las dinastías Sui y Tang) empezaron a tener una gran importancia en la isla nipona. De esa manera, China empezó a ser considerada el núcleo civilizador de Asia, y cada una de sus expresiones sociales, políticas y culturales eran importantes entes de alcurnia y legitimización para las clases gobernantes en Japón.

Dentro de esta dinámica, el chino era el idioma que marcaba el estatus de la aristocracia japonesa. Aun así, Yasumaro decidió revindicar el idioma japonés al hacer del Kojiki el primer documento en hacer una reproducción del japonés antiguo (ya que el idioma japonés no contaba con una expresión escrita formal en ese entonces). Es así que el Kojiki fue escrito híbridamente entre los caracteres chinos y algunas adaptaciones fonéticas de lo que era el japonés oral de la época, convirtiéndose así en un documento fundamental para entender del desarrollo del japonés como idioma.

Es por todo esto que, a pesar de que el Kojiki es un texto pseudo-histórico, su valor para la cultura japonesa es inconmensurable y sigue siendo un texto fundamental de la identidad nacional, mitológica, religiosa, literaria y lingüística de la isla.